El arte de navegar
- PronunciArte
- 15 feb 2024
- 8 Min. de lectura
Por Enrique Mariscal

Este libro que traemos en esta ocasión se define a sí mismo como manual de simbología y creatividad. Ilustra las travesías de la vida desde el punto de vista metafórico de una navegación que expresa esa necesidad universal que tenemos por viajar y hallar algo valioso.
Nos ofrece un estímulo creativo para que soltemos “... ataduras de todo tipo que nos hacemos a nosotros mismos para no navegar”.
Al hablar del navegante se lo considera como profundo y autodidáctico. Toma al aire como mente, al agua como la emoción, el barco como nuestro cuerpo físico y el naufragio como, renacimiento y aprendizaje.
El barco que está en el muelle seguro no navega, en nuestra interpretación y relacionándolo con el anterior libro de Chris Lowney, si no vamos a por nuestros deseos o propósito somos como ese barco sin navegar, ni transitar libremente.

Cómo intención del arte de navegar se tiene en cuenta a la consciencia del alma, esto aconseja que debemos “... cultivar la identidad del alma, vivir como almas que ya no se humedecen tanto por las lágrimas del dolor personal porque están abiertas y solidarias a las del otro”
Este párrafo nos instruye acerca de la posibilidad que se nos abre de ser más solidarios y dejar atrás nuestras dolencias, a la vez que nos abrimos paso como almas identificadas por ser y hacer.
Dado que “... el alma solo tiene consciencia grupal, percibe el mar, no las olas”, nos manifiesta propósito y significado, a la par que nos hace ser conscientes de que somos como un “mar” de personas y como grupo colectivo debemos pensar en el otro, sin dejarnos en el camino; porque “... la generosidad es la característica de los navegantes, no la arbitrariedad”, al mencionar la palabra arbitrariedad se presume es referido a que si elegimos la generosidad, despejamos la opción donde lo que nos ocurre no está determinado por el azar, el capricho o el impulso. A la par que nadie nos dicta cómo debemos vivir; entonces, asumamos que “... experimenta dolor cuando crea dolor”
Por su parte, entendemos a los navegantes como “... gente amable, sencilla y directa”.
Y tú, ¿Te consideras navegante de tu propia vida?
En esta búsqueda abundante del ser podemos equivocarnos, pero continuar navegando. También aconseja: “...enciende la vela de tu vida para que todo tome sentido”.

¡Reflexionemos!
Todos tenemos veinticuatro horas de las cuales usamos muy poco o nada para conectarnos con nosotros mismos.
“La energía sigue al pensamiento. Tal como el hombre piensa es”
Esto quiere decir que podemos cambiar nuestra realidad y mejorarla aún más tan solo tomando unos minutos de nuestro día a día para meditar.
Disfruta, ¿Cómo están las aguas?
¡Continuemos!
El barco: el cuerpo

En su metáfora Enrique Mariscal define al cuerpo físico como barco diciendo “... lo primero que hace un marino es conocer su barco. Es su instrumento básico de expresión, a través del mismo opera la intención del viaje”
Primero conocemos nuestro cuerpo, el cual es nuestra herramienta para expresarnos a través del movimiento. “No existen dos barcos iguales” dice el autor, no hay otro igual que nuestro cuerpo, que es único; y para su travesía debemos prepararlo y mantenerlo: como por ejemplo dormir bien, tener una alimentación saludable, hacer ejercicio físico.
Si hacemos lo contrario resultaremos en-fermo que según el autor significa “no firme”, el toque de atención se llama “síntoma” que vendría a ser nuestra búsqueda de equilibrio; “sanación” es “... redención, una propuesta de vida más abundante, un sinceramiento a través de la enfermedad”.
Aquella denominación de enfermedad nos invita a cambiar y destapar “... culpas encapsuladas, agresiones contenidas, odios desplazados, angustia, frustración, poderosos pedidos de afecto”.
Y al sincerarnos destrabamos bloqueos que almacenan nuestras energías.
Si nuestro barco funciona con miedo, cuya misión es protegerse a sí mismo, la navegación se imposibilita, la energía se pone en mantenimiento, no podemos crear y nuestra consciencia disminuye, nos paraliza.
Cuando funcionamos con ansiedad nos comemos todo y no metabolizamos.
Cuando nos enceguece la ira, nos autodestruimos.
Para curar hay que aceptar y hacer las paces con aquellos que nos ocurre. Aquí estamos hablando de dirección:
“... el odio, la envidia, el orgullo, la maledicencia congelan las aguas y las hacen innavegables”.
En resumen, debemos perdonar a otros y a nosotros mismos, sino el mecanismo de autodestrucción se pone en marcha.
Mariscal menciona que podemos valorar nuestro cuerpo de tres maneras
El cuerpo real: Este se refiere a nuestro estado actual, edad, mantenimiento, sensaciones, dolencias, uso, cuidado, etc.
El cuerpo ideal: Se refiere al que nos gustaría tener, el soñado, perdido o enviado.
El cuerpo posible: Es aquel que podemos alcanzar con los recursos que dispone nuestro sistema y la atención apropiada.

En general, el cuerpo lo denomina el autor como “... propiedad de la madre naturaleza, [...] que en su momento hay que devolverlo. Siempre ha sido un préstamo a plazo fijo no renovable, por más partidas de nacimiento y propiedad del dueño circunstancial”.
Luego, se menciona a la obesidad como origen de la conexión rígida del cuerpo - indicador del cuerpo que cuando nace es tierno y flexible y cuando muere es rígido y duro- mientras que el anhelo de navegar, de libertad nace de nuestro Yo Real.
Dijo Enrique en sus versos “El cuerpo es capaz de generar analgésicos y euforizantes mucho más activos y sanos que las drogas exógenas. La alegría se contagia. El paraíso pertenece al hombre que ha hecho reír a sus semejantes”.
A la vez menciona que nuestro cerebro también es capaz de producir endorfinas, las cuales si buscamos su significado son las que bloquean la sensación al dolor y se relacionan con emociones placenteras.
¿Cómo conseguimos esto? A través del humor, de la creatividad.
Tanto el miedo como el odio y la envidia debilitan nuestro sistema inmunológico.

¡Reflexionemos!
Hagamos las paces con nuestro cuerpo, no le exijamos demás, en cambio, reconozcámoslo y aceptémoslo.
Si queremos mejorar, podemos observar a través de los tres mencionados valores: cuerpo real, ideal y posible.
¡Embellezcamos por dentro y por fuera!
El estado de las aguas: emociones
“Cuando el conocimiento es superficial, el sentimiento duerme profundo, pero cuando el saber se vuelve profundo inmediatamente toma el amor de compañero, mar”

En su frase Enrique además de hablar de cómo incorporamos el amor toma dos conceptos interesantes: el conocimiento superficial y el conocimiento profundo o saber profundo.
Si hablamos del primero hacemos alusión a una información objetiva pero que es previa al aprendizaje profundo; en el segundo, en cambio, se refiere a profundizar las ideas, aplicar nuestros conocimientos y habilidades detectando repeticiones, en nuestros contextos y a partir de formas creativas y críticas donde cada uno tendremos nuestros argumentos y evidencias.
Por lo tanto, si es superficial no habrá sentimientos profundos y si es conocimiento profundo habrá amor de compañero.
Fomentemos ese amor a través del conocimiento profundo.
A continuación, el autor nos da una pista más sobre sus metáforas donde el océano del navegante es el in-consciente individual y colectivo.
Para hablar de inconsciente tal como se aplica en su libro: “... cuanto más quieto externamente, más intensos sus movimientos internos”.
Para Freud inconsciente “es una instancia de nuestra psique que está detrás de lo que hacemos, decimos o deseamos”.
Por lo que aquí aludamos a nuestras experiencias, ¿cuántos de nosotros pese a que por fuera somos inexpresivos por dentro somos como el océano que descubrió Mariscal? y ¿cuánto nos inunda ese océano que en muchos casos tiende a ser turbulento?, el amor persiste “... cuando el sol se acuesta en el horizonte, el primer reflejo de luz que ve el navegante es el cielo anochecido…”
Si tratamos de defendernos de los movimientos bruscos de ese océano dice el autor que incurrimos en la depresión por algún paso innecesario del cual no nos animamos a desprendernos.
Su cura puede ser la cronoterapia, es decir, el pasar el tiempo para nuestro aquietamiento emocional
La dirección el viento: las ideas
“El aire en movimiento simboliza las ideas que dan dirección a nuestro viaje. La energía sigue al pensamiento; tal como el hombre piensa así es”.

En sus metáforas el viento son las ideas, nuestras ideas conducen nuestros pensamientos y esto nos lleva a la acción.
Mariscal llama aire tóxico a los pensamientos que nos producen agobio y al final nos conducen a la enfermedad; por otro lado, el aire natural está en la belleza de lo simple.
Comparamos esto con el propio aire que respiramos cuando lo tenemos en abundancia no lo percibimos, pero cuando nos falta nos agobiamos.
Al relacionar, podemos decir que el aire o más bien el viento mueve el agua por lo que significa que nuestros pensamientos mueven nuestro cuerpo, nos llevan a la acción, al hacer.
“Es ingenuo pensar que la responsabilidad de nuestro viaje les corresponde a los astros o al gobierno. Por la intensidad con que algunas personas denotan al agente externo para explicar su determinamiento, podemos observar en qué medida desconocen sus posibilidades de navegación”.
En tal caso, podemos observar el consejo que se hallan en estas palabras: no culpemos a otros por nuestras acciones.
Como vimos del pensamiento va a la acción, somos responsables de nuestros pensamientos y en consecuencia de nuestras acciones.
Con respecto a esto mismo el autor dice: “... el barco recibe apropiada dirección del viento cuando éste favorece singulares actitudes de desplazamiento”.
Estas actitudes son:
consagración al mar
intrepidez
imaginación equilibrada y razonamiento abierto
intuición
Solidaridad
flexibilidad para investigar nuevos itinerarios
gratitud a la vida por la gracia de ser
Y son beneficiadas por el viento, es decir, nuestras ideas o pensamientos profundos.

¡Reflexionemos!
Observemos qué pensamientos nos pasan, qué dirección llevan y si es común a varios de ellos.
El timón: el sentido de la vida

Nadie más que nosotros podemos llevar el timón de nuestra propia vida
Lo dice el propio Enrique Mariscal al mencionar que “Es indispensable encontrar una orientación trascendental, de lo contrario somos menos humanos”.
Por tanto, él considera que aquellos factores que dan sentido a nuestra vida son:
Unidad: Aunque la unidad sea diversa, subyace
Polaridad: Se considera desde su definición como extremos opuestos de una misma dimensión. Como por ejemplo dice el autor que el cóncavo es una percepción de lo convexo.
Periodicidad: A través de intervalos se realiza la travesía
Pensar inofensivo: Es tener control de la palabra, sin intención de herir.
Reacción emocional inofensiva: “Expresar un nosotros solidario, integrativo donde las relaciones con los otros constituyen un efectivo canal de amor”, es decir, expresar nuestras emociones sin malas intenciones, sino a través del amor.
Acción inofensiva: Implica motivación por el planeta, sin daño porque Mariscal alude a que Inofensividad significa todo lo contrario a blandura o pasividad, negligencia o resignación.
Servicio: Aquí no se habla de obediencia sino de tener el propósito de ayudar.

¡Reflexiones!
y ahora ¿cuál sería tu travesía imaginaria?
¿Que nos tiene amarrados?
¿Quién nos despediría si nos fuéramos de viaje? ¿que nos llevamos?
¿Cuál es nuestro destino?
Conclusiones

Evitemos el sufrimiento inútil, por el contrario, seamos generosos.
“El que sabe navega, el que no sabe, habla de eso”.
Aquí se habla de una acción no de verbalizar simplemente y para la acción requirió previo pensamiento profundo, por lo que pensemos antes de hablar y perdonemos para navegar.
“En su raíz más antigua pecado significa errar el tiro o la meta”. Seamos más certeros en nuestras búsquedas, venzamos el miedo, la ansiedad y la ira; busquemos nuestro cuerpo posible, controlemos nuestros pensamientos profundos para que nos guíen en una dirección favorable, seamos agradecidos y unidos; disfrutemos de la alegría y celebremos a partir de lo indispensable o esencial; y compartamos nuestro amor.
“Estamos aquí para liberarnos del miedo, del apuro y de la queja, esas malas costumbres que heredamos de nuestros abuelos”.
¡A navegar!
¡Gracias por leer! <3
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